Hoy quiero compartir contigo los cánones que han hecho la DIFERENCIA para mí. Confío te sean de provecho, lo mismo que éstos han sido muy útiles en mi proceso de crecimiento y cambio.

Reconozco que soy totalmente responsable de todas mis experiencias, es decir que admito que mis pensamientos crean mi realidad, por lo tanto:

  • Yo Soy el resultado de mí misma. Jamás culpo o culparé a nadie por ello. Fundamentalmente yo, y nadie más que yo, he hecho mi vida; por lo tanto, no me quejo ni me quejaré nunca de lo que vivo.
  • Acepto la responsabilidad de edificarme y lo hago con amor y gusto. Tengo el valor de aceptar y comprender que el fracaso es solamente una forma de “hacer las cosas”; es decir que me comprometo conmigo misma a comenzar de nuevo buscando una ruta alterna que me conduzca al resultado que espero. Haré esto todo el tiempo que sea necesario y no me juzgaré ni me menospreciaré, sino que seguiré intentándolo hasta obtener el logro esperado. Hacer esto es recordar que el fracaso es la tierra que he de conquistar para llegar a la cúspide.
  • Nunca me quejo ni me quejaré del ambiente ni de quienes me rodean. Siempre recordaré que en condiciones similares o peores hubo gente que venció; es decir, que con perseverancia y ahínco yo también venceré.
  • Tomo conscientemente el cetro de mi poder y lo utilizo en mi mejor bien. Me propongo trascender más allá de todo lo esperado y alcanzar mis logros con voluntad, inteligencia y amor de forma perseverante. ¡Yo Puedo! ¡Yo sé que yo Puedo!
  • Recordaré siempre que las circunstancias son buenas o malas según la percepción que tiene mi corazón. Me propongo aprender, y convertir toda situación difícil en un arma para vencer, avanzar y prosperar. Mi naturaleza es triunfar. Nací para ello. Yo conquisto lo que quiero por encima todos los obstáculos que se me puedan presentar. Soy fuerte y resisto el embate con ánimo, sabiendo que la persistencia me dará la victoria; por eso me enfoco en ello.
  • Jamás me quejo ni me quejaré por mi pobreza, mi salud o mi suerte; cualquiera de estas cosas las ha creado mi mente y es ahí donde habré de cambiarlas. Me propongo enfrentar estas circunstancias con valor y entereza, pero mejor aún, me propongo vencerlas y superarlas. Reconozco que ellas son el resultado de mis pensamientos, sentimientos y actos, es decir que por ser parte de mí lo puedo cambiar y lo cambiaré.
  • Me comprometo conmigo misma a hacer el esfuerzo real de superar mis debilidades con valentía y poder, fortaleciendo mi carácter. Insistiré siempre hasta alcanzar el éxito en todo aquello que me proponga. Alcanzaré mis metas sin importar cuántas dificultades deba vencer o superar para ello.
  • Declaro que jamás me amargaré con mis fracasos y mucho menos culparé a algo o a alguien por ello. Me resuelvo a superarlos y a salir adelante y airosa en aquello que emprenda. El fracaso no es la gran cosa, es solo el producto de mis elecciones, las cuales no fueron las más apropiadas en su momento para lo que me proponía. Cambiar de ruta ha sido siempre el mejor y más adecuado camino para triunfar cuando de superar el fracaso se trata; por lo tanto, me apresuro a cambiar. A eso le sumo la comprensión de que el fracaso es sólo un error y los errores se pueden enmendar.
  • Soy la responsable de mis decisiones y de ellas depende todo. Si me equivoco hoy aprendo de esa lección y busco un recurso nuevo que me lleve a mi objetivo. Sólo fracasa quien deja de intentarlo. Yo jamás fracasaré porque siempre lo vuelvo a intentarlo con insistencia hasta poder lograrlo.
  • Yo soy una hacedora, es decir que hago que las cosas pasen y si debo empezar de nuevo, reinicio con la alegría de quién sabe que va por buen camino.
  • Cualquier momento es bueno para recomenzar y ninguno es tan malo como para claudicar. Me propongo modificar mi carácter, un día a la vez, para obtener mejores resultados. Admito que soy poderosa y pongo en uso mi poder.
  • Tengo la libertad de elegir y elijo siempre aquello que es mejor para mí. Yo me amo. La tristeza, la depresión, el enojo, la frustración, la soledad y la impotencia son creencias de ausencia de amor. Amarme hace la diferencia y permite que desaparezcan de mi consciencia esos bajos sentimientos para siempre, permitiéndome así ser un canal claro y perfecto que se hace fuente de todo bien. Hoy me amo profunda e incondicionalmente, aprobándome y aceptándome tal cual soy. Sé que así soy perfecta. Me amo y me apruebo exactamente como yo soy.

Aprendí que la causa de mi presente es mi pasado, me alegro mucho de entenderlo porque eso me permite, ¡POR FIN!, dejar de sufrir y de latigarme por lo que he sido. Mi antiguo yo quedó atrás ahora mismo, pues la comprensión de esta gran verdad me ha abierto una puerta nueva a esa dimensión perfecta que es el acontecimiento más preciado de mi hoy.

¿Por qué digo esto? Porque al despertar a ese conocimiento, sé que desde ahora puedo empezar a cambiar el rumbo de mi vida.

Si la causa de mi presente es mi pasado entonces, inevitablemente, este AHORA que estoy viviendo AQUÍ, está pautando mi mañana.

  • Decido y declaro con consciencia de causa que hoy es el mejor momento para crear un futuro mejor, y lo estoy creando conscientemente con lo que pienso, digo y hago.
  • Yo lo declaro ahora y lo hago realidad aquí.
  • Hoy sé que yo soy la responsable de mí mism@.
  • Hoy tomo las riendas de mi vida.
  • Hoy pauto mi futuro con bien.

He decidido aprender de los audaces, de los impetuosos, de los valientes, de los enérgicos, de los activos, de los hacedores y de los vencedores, a no aceptar ni dejarme vencer en la vida por las situaciones difíciles que se puedan presentar.

Reconozco que en toda dificultad yace la semilla de un gran bien y estoy dispuesta a encontrarla, pero mejor que eso, estoy dispuesta a utilizarla. Para ello me propongo pensar menos en los problemas y enfocarme más en las soluciones que ya están presentes, aún si no las veo. Además, me comprometo conmigo a deshacer el dolor y lo que no me sirva, para crear prosperidad en todas las áreas de mi vida.

  • Aprendo a hacer valer mis virtudes. Soy sincera conmigo siempre. Cada día me empeño en conocerme un poco más y me libero de la necesidad. Es mi deseo ser mejor cada vez.
  • Estoy determinada:
  • Conscientemente aprendo a crear experiencias agradables para mi vida. Aprendo a ser responsable de mí y me cuido. Aprendo a pensar y a hablar correctamente de mí y del mundo que me rodea. Aprendo a soltar el pasado, porque el pasado es una carga insulsa que no me deja avanzar. Aprendo también a perdonar. El perdón me libera y la libertad aliviana mi vida con su opulencia divina. Yo soy la dueña de mi destino, lo reconozco y me comprometo a recordarlo siempre.

Nadie me puede sustituir en la construcción de mi destino. Sólo yo avanzo o retrocedo en mi camino. Sólo yo decido lo que quiero. Sólo yo me hago fuente de mi bien o agravio de mi mal. Solamente yo tengo la libertad de elegir.

Hoy decido elegir en bien mío… hacer esto me da Paz.

Levantarme en la mañana y ver la luz del amanecer descubriendo, con humildad, que yo soy parte de esa Vida que me permite caminar, crecer, creer, crear, vibrar, decidir, disfrutar, luchar, moverme, pensar, soñar… en fin triunfar en la vida; es reconocer y entender el por qué yo soy el resultado de mí misma.

Cuando me doy cuenta de ello me adentro más en mí, me conozco mejor y puedo alcanzar con más facilidad lo que quiero.

Merezco la excelencia de la vida y estoy aprendiendo a atraerla, por eso decido no juzgarme sino entenderme. Admito que yo merezco prosperar y me doy permiso de hacerlo.

Me permito conquistar hasta lo inconquistable. Acepto que soy un éxito total y rotundo viviendo en esta era y lo disfruto.

Ciertamente elegí el mejor momento para nacer. Elegí sabiamente el clan al que pertenezco y en cada una de mis experiencias he elegido lo que es mejor siempre, lo sé, porque, aunque lo vivido parezca “muy malo” en algunas ocasiones, siempre elegí acorde al conocimiento que yo tenía entonces; además, en todos los casos aprendí… al fin y al cabo eso es lo más importante, aprendí y continuo haciéndolo. Estoy en Paz conmigo. También estoy feliz y satisfecha. Es bueno conocerme y darme cuenta del por qué y para qué nací: ¡Nací para triunfar! De eso no hay dudas. ¡Me encanta el propósito de mi vida! …y así es.

© Madeleine E. Belliard

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